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José Luis López  Moral

La trayectoria artística de López Moral es una incesante pugna por transmitir emociones a través de las más diversas técnicas. El comienzo de su carrera está marcado por la pintura, que le sirvió para plasmar a lo largo de una década, con la ayuda de materias variadas, sus particulares ensoñaciones. Fruto de aquella fértil etapa fueron sucesivas exposiciones en destacadas galerías de Madrid, y su participación en certámenes nacionales, en loa que obtuvo varios premios. Hacia 1997, su inquietud estética le lleva al terreno del grabado, tomando así un nuevo rumbo en la expresión de su universo particular. Participa en la exposición con la que se inaugura la Galería Zambucho e interviene en otros proyectos colectivos, como la edición de libros objeto y la coordinación de talleres experimentales, al tiempo que extiende su área de acción a la isla de Mallorca. Participa de forma habitual en las sucesivas ediciones de Estampa, la Feria Internacional del Grabado, y su obra puede disfrutarse en lugares tan diversos como la Feria internacional de arte contemporáneo de Turín, el XIII Mercado del Arte de la Diputación Provincial de Cádiz, la Sala de exposicionesde Caja Extremadura o el proyecto Can Marques en Palma de Mallorca. Su paso a la fotografía, a partir de 2004, se encuadra en esa búsqueda de nuevos soportes para su obra. La cámara digital y la utilización del ordenador para el tratamiento de las instantáneas se convierten en su nueva herramienta de trabajo, explorando así nuevas dimensiones. Sus trabajos han viajado en los últimos meses a la KIAF 05, la Feria internacional de Arte de Seúl (Korea), y el Art Miami 06 (Estados Unidos).

José Enrique Melendez Tomassy

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Exposición actual en MA

CARBÓN Y CENIZAS SERIES.

 

He oido en innumerables ocasiones que todo arte es político. Yo añadiría que todo arte tiene que concienciar. La serie “Carbón y cenizas” nace con ese propósito de concienciación. Durante los últimos años he podido constatar la gran cantidad de incendios que están asolando a la península ibérica en los meses de verano. Los llamados factores de riesgo y alertas de distintos colores que nos advierten del peligro real de incendio. La mala gestión del medio rural y forestal en muchos casos, en otros simplemente la desidia del visitante ocasional, están haciendo que la deforestación contribuya en gran parte al calentamiento global. 

 

Esta serie en la que llevo trabajando más de un año quiere dejar constancia de estos desmanes que no por habituales han de ser menos dados a la reflexión. 

 

Dada mi trayectoria y el discurso de mi obra siempre cercano al conservacionismo y la exaltación del paisaje podía haber elegido otros temas como la invasión del plastico en nuestros mares. Pero quizás por cercanía y por trabajar con elementos muy básicos como el carbón, la ceniza y el papel han hecho que me decante por esta serie que pretende advertirnos de que lo que estamos viviendo, va a acabar irremediablemente con nuestra forma de vida tal y como la conocemos.

 

Mi obra siempre ha estado ligada al paisaje y en los últimos años a la fotografía como medio de expresión. Una fotografía a caballo entre el romanticismo más alemán y el pictorialismo más purista. Una fotografia compuesta mediante una superposición de capas. Como sedimentos de mi propia memoria , estas texturas se han ido fijando en mí, hasta dejar un poso tenue de memoria de lo vivido. Mi trabajo es el de retratista de paisajes. Siempre he huido del convencionalismo de la fotografía del siglo XXI. He buscado la esencia del paisaje en las fotografías que tomo, así de esta forma estas pasan a ser un reposo mental y una confluencia de ideas de un paisaje que no existe.

 

Dentro de esa tradición romántica y creando nexos de unión con el informalismo y el expresionismo abstracto he empezado a desarrollar de nuevo una obra pictórica dentro de mi trayectoria. Estas nuevas piezas que presento ahora están creadas solo con elementos muy básicos como el papel, el carbón, las cenizas y el grafito. Unas obras de gran formato ligeras en su concepción pero con una carga emocional muy contundente. Su creación se ha realizado en  un estudio improvisado en Cuenca intentando recrear condiciones extremas de calor y acción de los elementos sobre la obra. Sol, humedad e intervención de elementos que rodean la vida en el medio rural y forestal ha sido una constante en la realización de la obra. El carbón y las cenizas utilizadas han sido recogidos de puntos incendiados en la comunidad de Castilla la Mancha, haciendo que materiales y condiciones estén íntimamente ligados y formen parte de un todo de la obra.

 

Osa De la Vega Cuenca, Agosto de 2019.

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