Costa da Morte, último trabajo del videoartista Lois Patiño. Una reflexión sobre el encuentro del Ho
Lois Patiño presenta en Matadero de Madrid su última obra audiovisual, un documental experimental titulado “Costa da Morte”. Durante los días 3, 4 y 5 de octubre, con pase a las 20.30 horas el viernes y a las 20 horas el sábado y el domingo, se presenta este trabajo en Madrid después de cosechar diversos galardones alrededor del mundo, en festivales de México, Chile, Argentina, Francia o Filipinas entre otros. También ha recibido un buen número de premios en encuentros de cine de nuestro país.
Lois Patiño (Vigo, 1983) ha querido transmitir a través de los 81 minutos durante los que se prolonga la película la historia de la Costa da Morte, una región de Galicia que durante el Imperio Romano fue considerada el fin del mundo. El dramático nombre que recibe esta zona se debe a que las condiciones meteorológicas adversas provocaron durante años numerosos naufragios. Patiño nos invita a inmiscuirnos en la vida de sus habitantes: pescadores, mariscadores y leñadores. A través de este film, somos testigos de su cotidianeidad, del trabajo que realizan y de un día a día fuertemente apegado a la naturaleza, con la que se mantienen una relación tan íntima como enfrentada. Este lugar suponía en la mente del creador de la película algo más mítico que real y esa dualidad es la que viene a mostrarnos esta pieza en la que el viento, la piedra, el mar y el fuego son los personajes principales. A través de estos elementos, el espectador se siente cercano al misterio que oculta esta tierra, que se manifiesta como un equilibrio entre el hombre, la historia y el mito.
© Lois Patiño
La vinculación entre la idea del fin del mundo y de la muerte hace de este lugar una fuente enigmática de misterio que los habitantes de la zona conocen mejor que nadie. Es precisamente a través de ellos, de los moradores de este enclave gallego, por quienes conocemos la historia y la leyenda. Sus testimonios nos permiten descubrir nuevos estratos del paisaje, construir el imaginario colectivo asociado al territorio y ubicarnos en el espacio atemporal que se recrea en la película. Lois Patiño juega hábilmente con los planos fílmicos y sonoros y mientras vemos lejana la figura del ser humano en la pantalla, sentimos muy próxima su voz: la inmensidad del espacio frente a la experiencia íntima de las personas.