Made in China. Comisario : Doug Fishbone. Una copia entre obras maestras
La Dulwich Picture Gallery de Londres colgará una réplica en su colección de grandes clásicos y pedirá al público que la identifique
Fuente:
XESÚS FRAGA
Redacción / La Voz 14 de enero de 2015
"Joven en la ventana" , Reembrandt 1645.
¿Qué le confiere a una obra maestra su valor? ¿Es una cualidad intrínseca o depende de factores externos? ¿Influye la historia del arte como canon en nuestra percepción actual de un cuadro o el genio del pintor se mantiene inmutable? ¿Seríamos capaces de distinguir una réplica moderna en una galería repleta de grandes clásicos? La reflexión sobre el valor y la autoría en arte inspiran una de las actividades de esta primavera de la Dulwich Picture Gallery, en las afueras de Londres: desde el 10 de febrero y durante tres meses, entre los óleos de Rembrandt, Murillo, Tiziano y Rubens, entre otros, colgará una réplica. Para redondear el trampantojo, el marco será el original del cuadro al que reemplazará.
Made in China, como se llama la propuesta, toma su título del hecho de que la imitación ha sido encargada a una empresa oriental que exporta las versiones que producen incontables estudios en el país asiático de artistas tan populares como Van Gogh, Klimt o Canaletto. El «comisario» es Doug Fishbone, un artista norteamericano afincado en Londres que quiere trasladar al espectador de la Dulwich el mismo sentido del humor que inspira sus creaciones, sean esculturas, películas o performances.
Original y copia
Fishbone pretende también propiciar una reflexión colectiva sobre el valor y la autoría de una obra artística a partir de la aparente confusión entre el original y la copia. Para ello ha recurrido a esa factoría de la réplica que es China, de donde salen encargos para todo el mundo, y siguiendo el procedimiento habitual: envió una imagen en alta resolución de la obra al estudio chino, donde uno de sus profesionales la volvió a pintar; el resultado llegó a Londres por transporte postal. «La réplica es de una calidad excelente. Cuando llegó estábamos encantados, pero cuando la pusimos al lado de la original el resultado fue muy interesante. La diferencia se podía apreciar inmediatamente», explicó a The Guardian uno de los conservadores de la galería. La primera fase del experimento finalizará en abril, cuando se revele cuál de las obras era la copia, pero tendrá continuidad otros tres meses, ya que original y copia se podrán ver uno al lado del otro.
Además de abordar el fenómeno de la reproducción de los grandes clásicos, Fishbone también espera que la iniciativa aporte argumentos al debate sobre la autentificación de obras: lienzos cuya atribución ha variado con el tiempo de autores consagrados a simples discípulos y el papel de estos últimos en el taller del maestro, algo que es cada vez más frecuente en el mundo del arte gracias a las cada vez más sofisticadas técnicas de identificación. Muchos museos e instituciones están revisando sus colecciones y la Dulwich no es ajena a ello.
De hecho, la galería londinense conoce bien cómo los azares y caprichos históricos también acaban por determinar el arte, ya que se encuentra en sus propios orígenes. La colección nació con el encargo a dos marchantes por el rey polaco Estanislao II, quien no llegó nunca a disfrutarla al desintegrarse su reino. El legado de las obras al Dulwich College permitió abrir la galería en 1817.